lunes, 21 de febrero de 2011

La locura de Gadafi

Gadafi ha enloquecido y está cavando, a pasos agigantados, su propia tumba, cosa que no me importaría demasiado de no ser porque a la vez está cavando también la de cientos de libios. La situación de Libia era una situación que, introduciendo algunos cambios democratizantes, Gadafi podía haber resuelto debido a la mucho mejor situación económica (8.000 euros de renta per capita, gracias al petróleo y a las políticas sociales del régimen) y social (82,6 % de alfabetización según la CIA World Factbook). Pero el orgullo y el egocentrismo de Gadafi le han hecho ir más allá, pasando el límite entre dictadorzuelo opresor y asesino genocida, reacción que le ha situado al borde del abismo, algo que parecía poco probable hace unos días. Ahora las apuestas son para ver cuantos días permanecerá en el poder. Ya ha abandonado su residencia y parece que está en una base militar.

sábado, 19 de febrero de 2011

Siguen las revoluciones, y el doble rasero.

Parece que la llama revolucionaria se sigue extendiendo por todo el mundo árabe. Ahora están puestas las miradas, además de en Argelia y Yemen, en Bahrein, Libia y Marruecos. No podemos caer en la trampa de generalizar, ya que las circunstancias y situaciones en cada país son bien distintas. En Bahrein, las protestas, además de las pretensiones ya características de todas estas revueltas árabes, pluralismo y libertad, tienten un tinte religioso importante. Detrás de la indignación hay un ingrediente de discriminación de las élites gobernantes sunníes, del sultanato sunní, hacia la población chií, mayoritaria en el país del Golfo Pérsico. El sultán Hamad y sus allegados parece que están poniendo trabas y obstáculos para evitar que la población chií cubra puestos de responsabilidad, así como están facilitando que musulmanes sunníes se asienten y nacionalicen, para intentar invertir la situación demográfica. Es curioso e interesante que sea en Bahrein, la más abierta (tampoco se vayan a pensar que mucho) de las monarquías de la Península Arábiga, donde se estén recogiendo las revueltas más intensas.

¡Felicidades Egipto! !مبروك مصر

Y los hijos desahuciaron al "padre". Tras treinta años de férrea dictadura, Hosni Mubarak, ese faraón que no quería ser enterrado finalmente ha aceptado el destino que parecía inevitable. El pueblo egipcio, tras más de dos semanas de movilizaciones y protestas sin cuartel ha conseguido lo que muchos sólo sueñan. La Historia ha vuelto a demostrar que nada puede con la fuerza de la unión popular. Hoy es un día para felicitar a los egipcios y para felicitar a todos los que luchan por la libertad en el mundo, ya que la victoria del Nilo es una victoria de todos ellos.

Pero celebraciones a parte, no hay que olvidar que todavía queda mucho por hacer, que realmente sólo se ha conseguido recorrer un pequeño trecho del camino, y todavía queda la parte más larga y difícil. En 1952 se destronaba en Egipto al rey Faruq I y, tras unos años convulsos, llegaba al poder Gamal Abdel Nasser en 1956. Era el primer egipcio en alcanzar el poder en el país del Nilo desde tiempos de los faraones. Los egipcios estaban ilusionados y el cambio llamaba a sus puertas. Desde Nasser, en más de medio siglo, sólo él y dos presidentes más han estado al mando. Las circunstancias fueron muy distintas a las actuales, pero aquello demuestra que lo difícil está por llegar. La gente debe de estar preparada para salir de nuevo a la calle si sus pretensiones no son satisfechas. Hay que tener esperanza, pero también cautela y precaución.

El fósil que se negaba a ser enterrado

Mubarak se ha convertido en un fósil político que se niega a ser enterrado. Igual que una pesadilla de la que tardas en despertarte, los ciudadanos, héroes egipcios que llevan ya 17 días en la plaza Tahrir, han tardado en reaccionar tras el discurso del faraón que no quiere perder su trono.

Pluralismo y negociación

Parece que algunos gobiernos, en nombre de mantener la estabilidad en la región, la estabilidad que les beneficia a ellos, por supuesto, piden el cambio político en los países afectados por la ola de revolución democrática que viven los países árabes. Pero no piden cualquier cambio, sino su cambio. Piden el cambio que les permita seguir con una incuestionable influencia en la región, una influencia que permita que sus intereses estén a buen recaudo. Y no se dan cuenta de que el reto de estos cambios viene desde el corazón mismo de la sociedad. El reto viene de dentro. Y el reto no es un simple cambio de líderes, de las élites gobernantes, sino de cambiar sistemas políticos, de democratizar sistemas. Es un cambio horizontal. Los actores sociales, los perennes habitantes de la Plaza Tahrir no se van a contentar con un nuevo gobierno orientado hacia los intereses occidentales que les asegure el pan y ciertas reformas a corto plazo, el síndrome “María Antonieta” no va a funcionar.

Arde el Nilo

Si el pequeño Túnez ha sido capaz de convertir su mecha en llama en otros países árabes, ¿qué no puede hacer el gran país del Nilo?

Egipto, el país árabe más poblado, arde en rebeldía, arde en revolución, arde clamando libertad, democracia, y la marcha del que podría ser el último faraón, convertido ya en momia. Mientras Mubarak aumenta el toque de queda, los ciudadanos, convertidos todos en héroes nacionales, siguen saliendo a la calle para no perder el ritmo de una carrera que saben podría ser histórica. Egipto no es Túnez. Egipto no tiene el nivel de educación de Túnez y tiene una importante fuerza de la oposición que, aunque no ha tomado la iniciativa ni la delantera en estas revueltas, podría tener mucho que decir al final del proceso. La presencia mayoritaria de los Hermanos Musulmanes podría llevar a pensar, a priori, que esta revolución tiene probabilidades de acabar en un régimen islamista no democrático, pero no hay nada más lejos de la realidad. El partido islamista lleva ya muchos años demostrando que apuesta por la democracia, presentándose de manera independiente a las elecciones (no puede hacerlo como partido ya que están ilegalizados), elecciones que por otra parte sabe que va a perder, pero demostrando así su carácter democrático. Y es que hemos desvinculado islamismo de democracia, cuando la realidad nos dice lo contrario. Son muchos los partidos de corte islamista que apoyan la democracia y juegan dentro de sus reglas, como el turco Justicia y Desarrollo, Hamas en Palestina (que llegó al poder en Gaza mediante unas elecciones que pedía Occidente y que luego desestimó) o Hezbollah en el Líbano, donde como partido democrático ha pactado en numerosas ocasiones con, por ejemplo, el partido cristiano maronita de Michel Aoun.

La Revolución de los Jazmines

Era el país preferido por los gobiernos occidentales, y también por muchos turistas que no sabían mirar más allá de sus mentes estereotipadas. En Túnez se ven muchas mujeres sin velo decían, es un país muy “occidentalizado”, mucho más que los atrasados países de alrededor. Lo que no sabían es que ese país era en realidad la más férrea dictadura del norte de África, junto a Libia. No sabían que su presidente, después de apartar del poder al héroe de la independencia Burguiba, había ganado las elecciones con más del 99% de los votos siempre, no sabían que en el año 2002 había modificado la constitución para aumentar sus ya enormes poderes, no sabían que era el país norteafricano con más presos de conciencia, casi todos ellos islamistas moderados. Y eso es lo único que le importa a los gobiernos occidentales, que mantengan a raya a los islamistas, aunque sean islamistas moderados y demócratas (sí, demócratas, igual que en Europa hay cristianos demócratas y nada dice la Biblia sobre democracia), y que les favorezcan económicamente. Y en eso Túnez era el mejor, sobre todo después de liberalizar su economía. Parece que mientras se aseguren las materias primas y se frenen a los islamistas, todo vale para el primer mundo. Los países que han apoyado el régimen de Ben Ali, y otros similares, ahora no permiten entrar en sus fronteras, preocupados de que sus amistades salgan a la luz. Cuanta hipocresía. Tiene que acabar.

Foucault

- Lo fascinante de las prisiones es que, por una vez, el poder no se oculta ni enmascara, se muestra como tiranía en los más mínimos detalles.

Michel Foucault

Chejov

-Ya sabe usted bien -continúa el doctor- que en este mundo todo es insignificante y carece de interés, si se exceptúan las manifestaciones superiores del entendimiento. Sólo el entendimiento traza una línea divisoria entre el hombre y la bestia e indica el origen divino de aquél, y, en cierto grado, reemplaza para él el precioso don de la inmortalidad, que no existe. Según esto, el espíritu puede considerarse la única fuente verdadera de felicidad. Pero nosotros, que no vemos en nuestro radio ninguna manifestación del espíritu, no podemos disfrutar de esa felicidad. Cierto es que tenemos nuestros libros, pero no es lo mismo; ni la lectura puede sustituir del todo los agrados de la conversación y el cambio de ideas. Si usted me permite que use de una comparación algo atrevida, le diré a usted que el libro es la nota y la conversación es el canto.

La sala número seis, Antón P. Chejov.

El país de Terry Jones

Si Obama y su alto mando reaccionaron de manera algo precipitada al fenómeno Jones habrá sido en parte porque saben que hay muchos más potenciales Jones sueltos por ahí. No sólo debido al hambre de publicidad, el frenesí por salir en televisión, que posee a tantos de sus ciudadanos, sino también por lo difundidas que son algunas creencias religiosas llevadas desde Europa en el siglo XVII que hoy la mayor parte de los europeos han abandonado. Una encuesta hecha nacionalmente en Estados Unidos en 2007 reveló que más estadounidenses creían en la existencia física del infierno, el de llamas y eterno sufrimiento (62%), que en la teoría de la evolución de Darwin (42%). El 79% cree en milagros y el 31% que las brujas, como las de los cuentos de los hermanos Grimm, existen.

- Extraído de John Carlin, El País, 11-09-2010

No a las violaciones de Derechos Humanos, no a las violaciones de Derechos Históricos

En Marruecos se violan derechos humanos casi todos los días, como por ejemplo el de libertad de expresión, con la fuerte censura que hay en el país norteafricano. Y hay que acordarse y reivindicar todos y cada uno de ellos siempre, no sólo los que están de moda entre el mundo "progre" "intelectualoide" de Javier Bardem y compañía. (Menudo "progre" está hecho allí en Hollywood, probablemente no haya leído ningún libro sobre Marruecos.) Estas modas reivindicatorias y periodísticas me hacen mucha gracia. Ya nadie se acuerda de Palestina (eso si que es una invasión y no lo del Sahara), ni de Haití, donde se están muriendo de cólera, nadie se manifiesta ya por la libertad del pueblo iraquí (libertad atropellada por gente que ahora se manifiesta a favor del Sahara), ni de la del pueblo afgano.

Cuando se premia la incultura

"En nuestros días, quienes tienen ambición por instruirse resultan una carga
para la gente, y los ignorantes no deben imputarse a la debilidad humana, sino
a la calidad de las disciplinas, de lo que quizás responsabilizan a esos sabios
a los que descubren, sorprendidos, desvincularse de todo como sobre un
monte elevado. De este modo, los unos rechazando la palma que les ha valido
su ciencia, los otros temiendo una molesta celebridad, todos han renunciado a
tan noble tarea."

Entre dos grandes hombres

Tan sólo habíamos escapado de la caballería árabe el Conde Raimundo, mi señor Balian de Íbelin, y unos pocos más en la pesadilla sangrienta de Hattin.

Las crueles acciones realizadas en nombre de un fervor religioso inexistente, sólo lo hacían por hambre y codicia de gloria y riquezas, y las lenguas viperinas de Reinaldo de Châtillón, el Rey Guido de Lusignan y el Gran Maestre templario Gerardo de Ridefort, habían conducido al mayor ejército cruzado que se había reunido hasta la fecha en el sagrado Reino de Jerusalén a una trágica derrota a manos del gran líder musulmán Saladino. Una derrota que se empezó a fraguar cuando nuestro insensato rey, movido por el deseo de divinizarse como el que derrotó al gran campeón de la Yihad, condujo a nuestro ejército lejos del agua que nos mantendría cuerdos ante la locura de la sed.

Azul celeste

Allí estaba sentado en la sala de espera. La noche anterior había pedido comida a un restaurante chino y el rollito de primavera, supongo, estaba podrido. O quizá fuese el pato pekinés. O quizá fue la botella de whisky que me bebí luego leyendo el periódico. Me gustaba beber cuando leía el periódico porque el alcohol daba rienda suelta a mi imaginación, y así vivía realmente las noticias de las que el diario me informaba. A las chicas que quería enseñarles el color de mis calzoncillos les decía que era para soportar mejor las tristezas y penurias del mundo. El resultado había sido una horrible indigestión de madrugada. Así que había decidido hacer una visita a mi médico de cabecera.

El lugar estaba como siempre, atestado de viejos. Estoy seguro de que a la mayoría no les duele nada. Están allí tranquilamente charlando unos con otros sobre el gran puesto de trabajo de sus hijos, sobre la última partida de cartas o sobre el tiempo. Se ve que todos son unos expertos en meteorología y situaciones climáticas. Para mi lo único que van a hacer es contarle al médico sus problemas y regalarle cajas de bombones para que les consiga gratis unos cuantos pañales. Además de ralentizar enormemente el funcionamiento del resto de seres humanos que los rodean. 

Zumo de coca

Era una estación pequeña, de periferia, de esas sin vigilante. Tenía una pequeña caseta de venta de billetes, algunos bancos albergando un puñado de viajeros, un gran reloj de agujas informando de la hora y un tren que pasaba cada tres o cuatro horas, transportando pasajeros que ni siquiera atendían a esta pequeña partícula de la red ferroviaria, atolondrados y distraídos, enfocando sus pensamientos en la cercana urbe.

Acababa de perder mi último trabajo en una fábrica de conservas. En realidad lo iba a dejar en pocos días, no me gustaba trabajar más de dos semanas la misma tarea, me aburría y perdía el interés. Junto con la fábrica había dejado la pequeña pensión con olor a alcanfor que había junto a ella. Me disponía a coger el próximo tren para seguir con mi plan de existencia, o supervivencia. 

Rutina

Los cristales se rompieron tras un fuerte estruendo. El olor a pólvora inundó el bar como si de una plaga se tratase. El cadáver yacía en la calle ensangrentado mientras sus verdugos se alejaban tranquilamente por el bulevar. Con unos cánticos ahogados y fanáticos los monjes se acercaron y retiraron el cuerpo inerte.

Esta imagen era rutina en aquella ciudad, en aquel mundo. Un día te despertabas en ella y ya no podías escapar. El barrio en el que vivía era de los mejores, uno o dos tiroteos diarios. Otros eran auténticos polvorines. Llevaba allí trece, o quizás catorce años, catorce años sirviendo cervezas y viendo a los mismos tipos día tras día.

La cueva

La linterna se apagó. La batería se había acabado. Llevaba días perdido en esa cueva, y estaba abatido. Las provisiones se habían acabado hace tiempo y ahora también había perdido la luz, su única orientación, su última esperanza para poder salir de allí.


Se sentó en la húmeda gruta y se puso a pensar, lo único que podía hacer ya. Las lágrimas resbalaban por su rostro magullado por el dolor. No sabía porque estaba en aquella situación, como había llegado hasta allí. No sabía la razón ni el motivo, pero sabía que era el final.

Bombas

Mentiras crueles, conflictos inventados,
estereotipos, complejos, superioridad,
falacias absurdas, divisores encontrados.

Periodistas que todo lo saben
y en realidad no saben nada.
Políticos que quieren que mates
a una tierra para muchos amada.

Olvido

Miedo al olvido
de unos recuerdos
grabados antaño
con hierro y fuego.

Quedarse tan sólo
con un pobre retrato,
papel fotográfico,
color desgastado.

Cultura y pensamiento en el Próximo Oriente antiguo

La cultura occidental actual es una cultura que sin la palabra, sin la palabra escrita no podría existir, y es en Oriente Próximo, en aquellos páramos inhóspitos para muchos, acogedores para otros, donde nació la escritura y el método de almacenar pensamiento.

En el Próximo Oriente es donde se genera, por primera vez, un material intelectual que se podría llamar de reflexión, una cierta lógica de respuesta para todo tipo de problemas, desde simples problemas administrativos hasta preguntas filosóficas sobre el más allá.

Breve Historia de la Arabia preislámica y de Muhammad

La P. Arábiga en época preislámica.

Lo primero que hay que tener en cuenta de la época preislámica es que Arabia no era una región aislada ni mucho menos. En su zona norte, pegando con la zona siria y mesopotámica, tenía muchísimo contacto con los dos grandes imperios, el bizantino y el sasánida, hasta el punto de que ambos reclutaron como mercenarios a tribus árabes de estas zonas para que ejerciesen de policía fronteriza con el resto de tribus nómadas. Los bizantinos lo harán con la tribu de los Banu Gassan y los sasánidas con la de los Banu Lajm.

Del Cisma de Oriente a las Cruzadas


Uno podría remontarse mucho en el tiempo, atendiendo a ciertos antecedentes explicativos, para entender el Cisma del año 1054, o Cisma de Miguel Cerulario, pero las circunstancias no lo permiten. Por ello sólo me remontaré, como antecedente, al anterior gran cisma entre las dos Iglesias, al Cisma de Focio, cuya explicación puede situarnos en el sentimiento que se vivía entre el papa y el patriarca en el siglo X.

El terrorismo islámico ¿es islámico o sectario?

La palabra terrorismo entró hace solo unos años en uso amplio. Se ha limitado su significado a actos perpetrados por grupos más o menos grandes de gente, aquellos que no dan valor a las vidas humanas y tienen el poder para hacerlas perder. El hombre que se inmola en un autobús en Palestina o el que está asociado a una banda armada son terroristas que provocan nuestro enfado, sin embargo, el jefe de estado que ordena bombardeos sobre poblaciones enteras matando en unos días mucha más gente que la mayoría de las bandas terroristas en su historia rara vez es juzgado por sus crímenes.

El Islam y el cristianismo en la evolución

Días atrás asistí a una conferencia en la Casa Árabe de Madrid titulada Las Geografías del Islam, ofrecida por el profesor Jordi Moreras, de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. La charla fue algo simple, más bien para un público poco especializado, pero dio pié a un turno de preguntas en la cual se realizaron varios comentarios que me produjeron interesantes reflexiones.


¿Locura?

Camina por aceras concurridas. Habla en cervecerías atestadas por gentío variado. Viaja en vagones metropolitanos en los que la masa ni siquiera cede el asiento a una exhausta embarazada, y siempre causa las mismas reacciones: cabezas giradas que desprenden miradas envenenadas, cuchicheos que entonan cánticos desaprobadores, algún que otro insulto o gesto hiriente...


Siempre ha sido llamado loco, la pantera entre leones, el esperpento de la realidad, pero, ¿está él realmente loco?

Albarrán

Cultura VS Utilidad

Existe, o debería existir un conflicto que lejos de ser sólo educativo pasa por ser político, social y económico. El conflicto entre cultura (cultura como conocimientos intelectuales, no como tradiciones de un pueblo) y formación laboral, cultura y especialización con vistas a un futuro profesional.

Desde el principio de los tiempos todo el mundo ha visto la cultura como el bien de mayor valor, algo que solo unos privilegiados tenían y que conseguirlo era símbolo de poder. Curiosamente hoy en día, cuando más fácil es acceder a ella en los países del primer mundo, es cuando más valor ha perdido. Hay que construir unas nuevas bases, unas nuevas políticas en las cuales la cultura sea el centro de todas ellas, porque la historia ha demostrado que ahí es donde reside el verdadero poder transformador.